quinta-feira, 14 de janeiro de 2010

empate en las encuestas chilenas

Contra lo que indicaban todos los pronósticos hasta hace apenas unos días, la campaña electoral chilena se cerró ayer en medio de una gran incertidumbre sobre quién resultará vencedor en las elecciones presidenciales del domingo. El derechista Sebastián Piñera ha visto esfumarse la ventaja de que gozaba en los sondeos, mientras que el democristiano y ex presidente Eduardo Frei ha protagonizado una importante remontada que le da opciones reales de volver a ser el inquilino del Palacio de la Moneda. Las últimas encuestas dan una situación de empate técnico entre ambos. El despegue de Frei, candidato de la Concertación, la coalición en el Gobierno desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es más consecuencia de los apoyos recibidos en los últimos días que de los errores de su contrincante. Con una economía recuperada de la crisis (tiene unas expectativas de crecimiento del 3,5% para 2010) y escasas diferencias en los programas de ambos candidatos, la campaña se ha centrado más en el pasado reciente. Y así la sombra del dictador chileno se ha prolongado en las primeras presidenciales celebradas después de su muerte. Aún así, Piñera ha salido bastante airoso ante la estrategia elaborada por el equipo de Frei tras la primera vuelta de las elecciones, celebrada el pasado diciembre. Dado que el empresario fue un opositor público a Pinochet en sus últimos años, los ataques se han centrado en sus colaboradores, a quienes desde la Concertación se ha acusado de connivencia con la dictadura. El candidato derechista ha reivindicado su pasado y ha garantizado que su eventual llegada a La Moneda no supondrá una vuelta atrás. Incluso ha asegurado que no cambiará sustancialmente las políticas de Estado de la actual presidenta, la socialista y miembro de la Concertación Michelle Bachelet. Sin embargo, esto no le ha servido para evitar el ascenso en la intención de voto de Frei. La movilización de los sectores de izquierda a favor del candidato democristiano ha dado como resultado una mínima ventaja de Piñera en los sondeos, que ni siquiera es superior a los márgenes de error. En concreto, Piñera obtiene un 50,9% de la intención de voto frente al 49,1% de Frei. El escrutinio del domingo, retransmitido en directo por radio y televisión, promete ser de infarto. Frei ha recibido dos rotundos espaldarazos. Uno de su rival, el candidato izquierdista y revelación de estas elecciones, Marco Enríquez-Ominami, que ayer pidió a sus seguidores el voto para Frei apenas horas después de conocerse las últimas cifras demoscópicas. Ominami obtuvo el 20% de los sufragios en la primera vuelta. Algunos analistas locales, como Marta Lagos, directora de la consultora que ha elaborado el último sondeo, consideran que Ominami ha tardado demasiado en hablar y que su actitud es más un ataque a Piñera que un apoyo a Frei. Pero tal y como están las cifras, todo suma para el candidato de la Concertación. "Recibo con humildad el apoyo de Ominani", declaró el beneficiado. El otro respaldo, mucho más directo y constante, viene de Bachelet, quien deja el Palacio de la Moneda con una popularidad del 83%. La presidenta subrayó ayer que votará por Frei "porque es una persona honesta que, desde un comienzo, cuando decidió dedicarse a la vida pública, se separó de los negocios". Un matiz que no escapa a los electores. Piñera, uno de los hombres más ricos del país, también dejó la gestión de sus negocios, pero sólo después de ser elegido. Desde el bando de Piñera le han pedido a la presidenta silencio y neutralidad.

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